El Atleti se borra de la Liga

Lo mejor de ese gol es que hizo honor a una carrera y a un futbolista intachable, de esos que uno siempre guardaría en formol. Lo malo es que no sirvió de nada en realidad más que para su estadística particular. Porque si con el gol de Azpilicueta el Atleti seguía encaramado en la lucha por la Liga, lejos pero aún ahí, siempre ahí por si acaso, en realidad el propio Atleti era el que se bajaba a sí mismo de esa pugna. Como si Cornellà estuviera también al sur de Madrid. Tropiezo a tropiezo, es el tercero seguido. Ahora a quien le remontan es a los del Cholo. Esta Liga no llevará Neptuno.

El Atleti salía condicionado por el parón y el reparto de descansos, sin el brillo de Julián y el mando de De Paul, con Giuliano como único argentino titular, Sortloh titular y Gallagher formando en el doble pivote con Barrios. Los primeros minutos fueron de los locales en dominio pero de los rojiblancos era el peligro, aunque siempre en fuera de juego así que en realidad no era. Pero el Atleti ataca con más rapidez, como engrasado, aunque sin ideas en los metros finales. Manolo jugaba con su once de gala, con el regreso de Lozano, y mejor cara a medida que pasaban minutos. Más centros al área e intención, aunque Oblak siguiera inédito. A los pies del esloveno, en el minuto 26, a Simeone se le rompería el once.

Fue un coscorrón con antecedentes: Le Normand chocaba cabeza con cabeza con Roberto Fernández y enseguida se activaba un protocolo. Porque el golpe era como un dejavu del de septiembre con Tchouaméni en el derbi, ese golpe en la cabeza que le tuvo dos meses de baja y muchos entrenamientos con casco por un edema subdural en el cerebro. El jugador iba con un hilillo de sangre bajando por su nuca mientras el túnel le engullía junto al médico rojiblanco, Óscar Celada, y Giménez entraba en el partido para darle la posibilidad a Simeone de hacer seis cambios, porque este era por conmoción. Cada vez que el argentino quiere darle descanso al charrúa (que el Barça llega el miércoles) el fútbol tiene otros planes. El Atleti no encontraba caminos, con Kral, Roberto y Urko desordenando con su orden y Romero derramando sudor hasta que a Azpilicueta le llovió ese balón en la frontal y lo pateó a la red para hacer su primer gol en España y uno de los de esta Liga. Fue un obús precioso. De un hombre, César Azpilicueta, que llegó quizá demasiado tarde al Atleti, cuando tenía ya 33, pero lo hizo para sumar. Da igual 15 minutos que 20, 90 que cinco. Es himno, de los que derrochan coraje y qué necesarios son, líderes sin brazalete, líderes a los que siempre seguir. La temporada pasada se quedó por méritos y para ésta Simeone cuenta, Azpilicueta no es un mero adorno. Titular en el lateral izquierdo a sus 35 años vivía en Cornellà una primera vez. Su primer gol en la Liga, en España, que todos los que había hecho se los habían narrado en inglés, en su estapa del Chelsea, con el último hace tres años. Y tenía que ser un golazo. Un voleón con la diestra desde la frontal que se coló en la portería de Joan García por la escuadra. Quizá esa era la única manera de batir a este portero que es un muro. No podía hacer más honor a un jugadorazo como Azpilicueta este golazo que le daba al Atleti el 0-1 en el partido y le arrancaba el tono gris que había envuelto la primera parte, a pesar de la tarde primaveral. El público despediría al descanso al colegio entre pitidos porque reclamó en el gol una falta previa de Sorloth y más tarde un penalti claro sobre Jofre. No pitó ninguno. En la segunda es cuando el Atleti volvería a sacarse a sí mismo las tripas en un harakiri, como si Cornellà estuviera también al sur de Madrid.

El partido regresó con De Paul en el campo por eso de que hoy nadie mueve el balón con su criterio y el Atleti mejoró. Pero solo un rato. Aunque el partido siguiera sin áreas y lo más interesante que ocurría era que Giuliano, al tratar de adelantar al asistente le trastabillaba y, en su intento de salvar la caída haciendo el pino, quedó más ridículo, para, spoiler, terminar también en el suelo. Los cambios mejoraron a un Espanyol que, como el Atleti le cedió el balón, empezó a presionar con más eficiencia presentándose ante Oblak. A Veliz le limpió la pelota Llorente cuando solo debía embocar para el gol. Cornellà subía la voz contagiado por la chispa de su equipo y en una falta Lenglet tironeaba de la camiseta de Cabrera como si la quisiera para su casa. Penalti. Lo tiró Puado a la escuadra. Primer disparo a puerta del Espanyol en el partido y gol. Todo volvía a empezar con la Araña ya en el campo pero como con Griezmann: para nada. Cornellà al Atleti se le había atragantado como tantas otras veces y nada se lo descruzaría del gaznate. Tenía veinte minutos para luchar por la Liga y solo le valía la victoria. Simeone completaba los seis cambios con Roro y Reinildo. Pero este es el Atleti al que remontan no el que remontaba. Y Griezmann, en su tran-trán intentó una última tras recibir de Llorente, pero delante Joan García sacó sus guantes de ladrillo y bye, bye. Al partido. Y a la Liga del todo para los rojiblancos. Llamativamente empeñados en borrarse a sí mismos.

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Clasificación Clasificación PT PJ PG PE PP 13 GIR

34 28 9 7 12 14 OSA

33 28 7 12 9 15 ESP

29 28 7 8 13 16 VAL

28 28 6 10 12 17 ALA

27 29 6 9 14

Clasificación PT PJ PG PE PP 1 BCN

63 28 20 3 5 2 RMA

60 28 18 6 4 3 ATM

57 29 16 9 4 4 ATH

52 28 14 10 4 5 VLL

44 27 12 8 7

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