El Atlético perdió ante Las Palmas en un encuentro muy suyo. Recibió de su propia medicina. Fue Javi Muñoz un tío con fe. Un futbolista que creyó hasta el final para sacar a su club del descenso y retirar al Atlético del título de Liga. Fue una bofetada para despertar del tedio. Una bofetada en el descuento, como tantas veces la ha dado la escuadra del Cholo, pero esta vez le tocó recibirla. [Narración y estadísticas, 1-0]
En un encuentro en el que Griezmann fue suplente. Eran ya muchos partidos en los que el Cholo tenía que defender a su estrella ante un rendimiento, bajo, que no se le escapaba a nadie. Mientras Koke, por edad y físico, ya partía como suplente esta temporada, Griezmann seguía siendo un fijo para Simeone. Cómo no serlo con ocho tantos en los primeros 15 partidos de liga y seis en ocho de Champions. Hasta que la edad y el exceso de minutos, el jugador más utilizado después de Oblak, le acabaron vaciando el tanque.
La oportunidad inicial fue entonces para Alexander Sorloth, un recurso habitual de Simeone desde el banco y, por negativo que parezca para los intereses del noruego, bastante más efectivo como suplente que en el once inicial. Ante Las Palmas tuvo una, muy clara, y no consiguió anotarla por méritos del guardameta canario. Poco más hizo.
El duelo comenzó con ritmo canario: Lento, marcado por un campo pesado por exceso de agua. El balón corría poco y siempre desde pases de seguridad. La primera internada rojiblanca, y esto es otra noticia, no fue del Cholito sino de Gallagher, sólo que el inglés no estuvo preciso en el posterior centro. Suya fue también la ocasión inicial del choque, pero entre recortes y pausas, la defensa amarilla se le echó encima.
Apenas cinco minutos después respondió Moleiro, un futbolista con una velocidad diferente. Tras un eslalon por el carril de Llorente, se plantó en área pequeña y la puso atrás, pero su balón no encontró rematador. Se agarró Las Palmas a esa oleada del canterano y comenzó a inquietar más la portería de Oblak.
Se juega diferente con la guillotina pendiendo de la cabeza. Está Las Palmas en ese tramo de la temporada de ir a matar o morir. Le salió bien la última jornada ante el Getafe, aprovechando la expulsión de Uche y la calidad del arquero Fabio Silva. Tener un gran delantero no te garantiza la salvación, pero ayuda y él ya ha aportado diez tantos y tres asistencias, aunque se retiró lesionado.
Y cuando Las Palmas se confiaba y pisaba más terreno rojiblanco que propio, le recordó el Atlético que se siente cómodo tanto llevando la iniciativa como esperando y corriendo. Lo hizo Giuliano, un puñal en esas circunstancias. Penetró hasta línea de fondo y puso dos bananas para Julián y Sorloth que hicieron internacional a Horkas. Las paradas del portero croata entrarán en el top 10 de LaLiga de esta temporada, ambas en un espacio de apenas cinco minutos y cuando moría la primera parte, providencial.
Horrible segunda parte
Recuperó el Cholo a De Paul para la causa, ausente en los últimos duelos por una pequeña lesión. Da el argentino otro ritmo al Atlético, más fluido, más dominador, necesario tras unos primeros 60 minutos en los que la posesión se había repartido al 50% y que, porqué no decirlo, el partido había sido un tostón. No lo cambió el argentino.
También salió Griezmann poco después. Raro para el francés, jugador que salvo cláusulas extrañas y la mili inicial, pocos duelos ha visto desde el banco. Y por seguir destacando el carrusel de cambios del Cholo, volvió al césped Correa tras su sanción de cinco partidos por su expulsión en Getafe y posterior insulto al colegiado.
Y con el partido abocado al fracaso, llegó una jugada ridícula, de mil rebotes y bregas para que Javi Muñoz batiera a Oblak. Un gol que vale oro para la salvación de Las Palmas y que deja al Atlético definitivamente fuera de la lucha por el título. Si es que alguna vez lo estuvo, claro. Bofetada al tedio.