Fue de locos, pero tuvo sabor a Liga. A campeón. El Barça sí remontó. Lo hizo después de que un gran Celta se colocara 1-3 en Montjüic y pusiera el campeonato patas arriba. Pero los equipos campeones tienen una aura especial en partidos concretos. Remontar ante el Celta no es solo un punto de felicidad para los barcelonistas, es un dato decisivo para poder conquistar la Liga. Todo tuvo su explicación.

El Barça lleva varios partidos con cierto desorden defensivo y encaja demasiados goles. Pasó ante el Borussia, marcado por el resultado de la ida, eso sí, y frente al Celta. Los gallegos remataron ocho veces a portería y el Barça, siete. ‘Tek‘, que falló en el primer gol, después estuvo prodigioso metiendo manos y cuerpo donde se veían goles. Flick quiere que el mediocentro se encargue del ‘nueve’ rival en las transiciones. De Jong no pudo con Borja Iglesias en ese apartado y tampoco los centrales. El delantero del Celta logró un ‘hat trick’ sensacional que no le sirvió para ganar. ¿Por qué?

Se produjeron tres cambios clave para configurar la remontada. Entró Lamine, que llevó consigo desborde; salió al campo Dani Olmo, que aportó peligro en el área, y Raphinha cambió de banda, de la derecha a la izquierda, donde hace daño. Con esos tres toques el Barça le dio la vuelta al encuentro y se colocó como el máximo favorito para conquistar el campeonato. Y eso que Fermín había jugado un buen partido y Ferran había logrado el primer gol que abría la lata. Eric, Pau Víctor y Gavi también saltaron al terreno de juego para poner freno a la locura o para que ese caos beneficiara al Barça. Y pasó.

Olmo llegó al rescate en dos jugadas decisivas, su gol y el penalti, y Raphinha demostró que esta temporada es un jugador de gran nivel. Tras una primera fase algo espesa por la derecha, se soltó por la izquierda y, además, lanzó uno de aquellos penaltis que se olvidan si se conquista la Liga pero que acaban por ser clave para lograr el éxito. No le tembló el pulso. Tomó la responsabilidad y culminó la remontada. El Barça sí remontó.