A final de temporada sabremos si el Leganés se salva o no. Pero lo que no puede dudar nadie es que este equipo no va a regalar nada a nadie. Que pretende estar vivo hasta el final. Se lo dejó muy claro al Girona, que tiró a la basura la renta y lo bien que la habían encarrilado dos de sus leyendas.

Portu y Stuani habían reanimado al paciente que había entrado en la UVI tras una segunda vuelta desastrosa, con 10 jornadas seguidas sin ganar. Ya son 11. El primero propició la expulsión de Cissé y el segundo anotó el tanto del Girona a pase de su compañero. Pero sobre la bocina, Munir hizo justicia y rescató en el descuento un punto de oro para un Lega con 10 desde el minuto 18.

Sólo el Valladolid ha sumado menos puntos que el Girona en desde la jornada 20. Seis antes del duelo de Butarque contaban los de Míchel. No mucho mejor lo ha hecho el Leganés: 10 puntos. También eran los equipos con menos gol, amén del Pucela. Por tanto, era un duelo crucial, no sólo en la lucha por la salvación, sino también para recuperarse anímicamente a costa de un rival directo. 

Y, ahí, empezó sacando más provecho el Girona. Cissé vio la roja directa a los 18 minutos por tirar a Portu en una carrera en la que el atacante del Girona enfilaba la portería. Portu fue muy rápido para llevarse el balón y muy inteligente para cruzarse ante Cissé. Último defensor y a la calle.

La expulsión giró el timón del partido, que hasta el momento estaba nivelado. Más de una hora con uno menos es mucha tela. Borja Jiménez apuntaló la zona defensiva en detrimento del engranaje ofensivo dando entrada a Brasanac por Alti.

Pero jugar con uno menos es un lastre difícil de soportar. Y, con el paso de los minutos, al Lega se le hizo bola. Sobre todo porque Portu se empeñó en hacerles la vida imposible. Otra rápida acción suya la sacó Brasanac bajo palos a tiro final de Tsygankov, quien volvió a perdonar al filo del descanso. También a balón parado sufrían los de Borja Jiménez. Krejci tuvo en su cabeza abrir el marcador a un saque de esquina.

Enredo gironí

Tuvo que ser un habitual, Stuani, el que hizo resoplar a Míchel y a toda Girona. Porque no fue hasta la segunda parte cuando pudo abrir el marcador en un remate de cabeza marca de la casa… a pase de Portu.

Pero el Lega no se rindió y se mantuvo vivo en el partido hasta el final, poniendo en apuros a su rival y encerrándolo en su área a pesar de la inferioridad numérica. El Girona puso de su parte al no saber cerrar el partido. Míchel tardó en hacer los cambios y tampoco valieron para sellarlo.

No así los locales, que habían pedido varios penaltis. Los ofensivos cambios de su entrenador surtieron efecto por el juego y por la acción decisiva. Pérdida de Danjuma, se va Duk por la derecha y la pone atrás para que Munir la envíe a la red. 

Reparto de puntos que no termina de contentar a ninguno, pero que, anímicamente es mucho más importante para el Leganés que para el Girona.