El Atlético entra en su semana grande del Metropolitano después de un doloroso derrape que puede quedar en accidente leve si lo que viene por delante sale bien, pero por el momento enciende algunas alarmas. El equipo enlaza dos derrotas seguidas y, si bien la del Bernabéu no se acata como tal porque aún queda la vuelta que determinará el resultado final, la del Coliseum escuece. Un mal partido a nivel global con diversas actuaciones individuales decepcionantes. Para algunos es puntual (Julián estuvo gris, pero su último mes es fabuloso), para otros empieza a ser una tendencia preocupante.
Griezmann, apagado
Si en algunos partidos, como el del Bernabéu, parece superarle el ritmo alto, la espesura del Coliseum tampoco le sentó nada bien. El francés falló 11 pases de los 33 que dio, el más desacertado de sus compañeros. Y apenas pisó una vez el área de Soria, para un remate con la derecha que salió bloqueado. Juntando los nueve partidos jugados entre febrero y marzo, Griezmann solo ha tocado diez balones en el área rival. Poquísima amenaza. Y emite señales de estar, además de fatigado y sin chispa, falto de confianza. Sin duelos ni regates intentados, 0 de 4 en centros, buscando el pase de primeras más fácil…
Griezmann: un toque en el área, mucho pase de seguridad y/o errado.
Correa, expulsión y calentón
En su caso, su partido no estaba siendo ni mejor ni peor que el de sus compañeros, pero su nota se viene abajo con lo ocurrido en el minuto 88, aún con 0-1 en el marcador. Ya no tanto por su expulsión, una acción en la que midió mal pero en la que buscaba el balón, como por lo ocurrido después. Los insultos al árbitro le van dejar fuera durante unos cuantos partidos, quizá cinco. Encima, de esa falta nació el 1-1 de los locales. El día de su 30 cumpleaños se torció en el Coliseum.
Samuel Lino, intrascendente
Simeone ha apostado definitivamente para las alas por Giuliano y Lino. El argentino está menos inspirado, pero siempre se faja en el trabajo sin balón y en cada partido deja alguna acción individual peligrosa, normalmente en forma de conducción. Al brasileño, sin embargo, le cuesta un mundo sumar en ataque. No se atrevió ni una vez ante Djené y prácticamente todos los balones que tuvo en la zona de extremo los envió otra vez para atrás. Y no es algo que se haya dado solo en Getafe. Sin atrevimiento, desborde ni remate, fue sustituido al descanso.
Samuel Lino, sin remates ni regates y con pases sin riesgo.
Nahuel Molina, mar de dudas
Escasa presencia en campo rival (solo un centro al área, por ejemplo) y muchas dudas en el propio ante Coba. El lateral volvió a su versión más dubitativa, tanto sin la pelota como con ella. En el minuto 40 casi sale en la foto de un gol del Getafe, desentendiéndose de marcar a un Uche que cabeceó a tres metros de Oblak. La ausencia de De Paul, cambiado en el descanso tras terminar renqueante el primer tiempo, tampoco le ayudó, pues el 5 es de los que mejor le entiende. Ya en los últimos minutos del Bernabéu se le vio nervioso y contra el Getafe no transmitió las mejores sensaciones.
Le Normand, mala tarde
Hay un dilema abierto sobre quién debe acompañar a Giménez y el partido de ayer hace ganar puntos a Lenglet. El internacional español jugó el primer tiempo como central izquierdo y no se vio cómodo. Tras el descanso se intercambió con Giménez. En ambos perfiles se empeñó en los envíos en largo que no encontraban destino para firmar un cero de seis en este apartado. En la segunda parte se llevó varios golpes que le lastimaron. Para redondear un partido para olvidar, fue quien habilitó a Arambarri en el 2-1, porque todos sus compañeros habían salido. El Atleti necesita su versión de principio de curso. Eso sí, hizo dos de los cuatro remates del equipo.
Y ahora, a por Real Madrid y Barça
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Si fue un accidente y simplemente el equipo se despistó y se saltó el partido a partido, el Atlético tiene dos buenísimas oportunidades para rehacerse y dejar un gran sabor de boca. Con el 2-1 en Getafe, muchos recordaron lo ocurrido hace un año cuando, en vísperas del Atleti-Inter, los rojiblancos despacharon un partido desastroso en Cádiz (2-0), pero lo arreglaron apeando a los nerazzurri de la Champions. Prácticamente nada salió bien en el Coliseum, y ahora toca dar la talla en el Metropolitano.
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