Vuelve el Atlético de Madrid al RCDE Stadium. Y lo hace 675 días después de un ‘atracazo’ que ha marcado, para mal, la historia reciente del RCD Espanyol. Mario Melero López dio validez, a instancias del VAR, a un gol de Antoine Griezmann que jamás debió subir al marcador y que supuso el principio del fin para los blanquiazules, descendidos matemáticamente la jornada siguiente tras otro arbitraje infame en Mestalla.

En lo que al Atleti respecta, corría el minuto 44 (los colchoneros ya ganaban por 0-1) cuando Fernando Pacheco, por aquel entonces portero titular del Espanyol, sacó ‘in extremis’ un remate a bocajarro de Griezmann. Dos minutos después, Melero López señalaba el punto central, concediendo el segundo gol de un partido que terminó con empate a tres.

“Me hace daño que no haya una imagen clara desde la línea de fondo donde se vea exactamente si el balón entra o no. La perspectiva no es la mejor y estamos hablando de un gol que puede cambiar muchísimo”, denunció inmediatamente Luis García, entrenador del Espanyol en esos momentos.

Luis GarcíaEx entrenador del RCD Espanyol

Una denuncia a la que se sumó, al día siguiente, la entidad perica, impugnando el encuentro al considerar “vulnerados sus derechos, sintiéndonos perjudicados de forma grave” y demandando que “se proceda a acordar su nulidad”.

Petición que, sin ir más lejos, dio por buena el técnico rival, Diego Pablo Simeone. “Es entendible el pedido, porque se está jugando un lugar importante y necesitamos ser siempre lo más justos posibles”, apuntó el argentino.

Diego Pablo SimeoneEntrenador del Atlético de Madrid

Desestimada dicha impugnación por el Comité de Competición, el Espanyol procedió, ya como equipo de Segunda División, a llevar a la justicia ordinaria el gol fantasma de Griezmann después de que los juzgados nº32 y nº47 de Madrid aportaran nuevas evidencias en relación a lo acontecido el 24/05/2023. “Hoy sabemos que lo que sucedió en ese encuentro va mucho más allá de errores humanos entendibles en el ámbito deportivo”, señaló el club.

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La sentencia, a la que tuvo acceso MD, dejaba claro que “el árbitro VAR concedió al árbitro principal una serie de imágenes en las que no era posible comprobar si el balón entraba por completo en la portería, existiendo imágenes que no mostró que acreditaban la inexistencia del gol”. Normal que la herida, reabierta por la reciente actuación de Alejandro Quintero González y Carlos del Cerro Grande en Mallorca, todavía escueza entre el espanyolismo.