El Madrid ganó al Leganés gracias a un penalti inexistente en el primer gol, cuya acción fue más una falta de Arda Güler que una pena máxima. También por una falta que no fue, que asimismo transformó Mbappé, y dos penaltis no señalados a favor del Leganés, uno claro de Bellingham y otro de Asencio en el descuento. El Leganés mereció puntuar en el Bernabéu pero se fue con una derrota y dos goles de Kylian que no debieron subir al marcador. El francés lleva el doble de goles de penalti que Lewandowski en laLiga (6-3) pero a la hora de conquistar el pichichi nadie se acordará de esos dos tantos que subieron por acciones señaladas erróneamente. Esta Liga va a ser muy difícil de ganar para el Barça. Queda la recta final más decisiva con muy pocos puntos de ventaja y mucha actuación blanca de presión a los colegiados desde la televisión oficial del club hasta las cartas-comunicados absurdos. Es muy difícil abstraerse de la insistencia del club blanco en poner en la diana a los colegiados. Otra cuestión es que tenga plantilla para luchar por todo y jugadores determinantes, todavía no acoplados, pero con calidad suficiente para decidir partidos. Con cobertura aérea es más fácil y por eso, el Madrid no ha parado de atosigar a los árbitros esta temporada. La lista de perjudicados es interminable.
El Atlético ya está fuera virtualmente de esta Liga tras empatar ante un Espanyol con mucha capacidad defensiva y un portero sensacional como Joan García. Entre los dos equipos solo se produjeron tres disparos entre los tres palos, uno de los blanquiazules y dos de los rojiblancos.
El Barça va a tener que extremar su intensidad y mantener el buen fútbol que despliega. No va a ser fácil conquistar este campeonato. Hasta ahora ha sido, sin ninguna duda, el equipo que mejor juego ha mostrado, salvo una pequeña etapa de bache lógico. El Girona es un buen equipo que ha pagado la exigencia de la Champions, pero que sabe ofrecer un excelente nivel de juego. En estas últimas jornadas la presión va a ser más potente para todos, por lo que la exigencia sube. Está en juego una Liga muy disputada en la que no deberían caber más regalos, por mucho que se acose a los colegiados.